El asesor contra terrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, dice que un par de las bombas enviadas a los Estados Unidos desde Yemen estaban supuestas a detonaa a bordo de los aviones que las transportaban. Las bombas, ocultas en cartuchos de impresora, estaban conectadas a teléfonos móviles sin tarjeta SIM, informó el New York Times, así que llamar a los teléfonos durante el viaje intercontinental no habría podido hacerlas estallar.

De hecho, los expertos señalan que llamar a un teléfono para activar una bomba a bordo de un avión es uno de los métodos de detonación menos eficaces que los terroristas pueden elegir. Sin embargo, eso no quiere decir que no pueda funcionar.

«Ellos no podrían llamar», dice Roger Cressey, un ex oficial de contraterrorismo en las administraciones de Clinton y George W. Bush y que ahora trabaja con Goodharbor Consulting. Si los terroristas utilizaron un teléfono móvil normal para detonar una bomba abordo de un avión transmitidas desde una gran distancia, probablemente no serían capaz de conseguir una torre que pueda hacer rebotar una señal hacia el teléfono, aunque no es imposible. Cressey especula, que lo más probable es que los terroristas programaran la alarma del teléfono para sonar a determinado momento, lo que detonaría la bomba. «Si por ejemplo, ellos programan la alarma dos días antes, y confían sobre la forma en que fue enviado y envasado a los Estados Unidos, entonces tendrán confianza en dónde estará el paquete al momento de la explosión», dice.

Un asesor del Pentágono que se especializa en la detección de bombas improvisadas – y que sólo habla con la condición de anonimato, advierte que un teléfono satelital tendría una señal bastante fuerte como para alcanzar el teléfono con la bomba dentro del cartucho de impresora. Pero mantener ese teléfono listo para recibir llamadas «aumenta el riesgo de que el dispositivo sea detectado, ya que está emitiendo una señal.» El asesor también dijo que los terroristas se basarían en la de alarma del teléfono para activar la explosión.

Esto todavía se basa en dos hipótesis fundamentales. En primer lugar, que los terroristas tenían suficiente información fiable sobre los métodos utilizados por FedEx y UPS para sus envíos aereos, las dos compañías elegido sin darse cuenta para transportar las bombas. (Es de suponer que podían seguir los movimientos de sus envíos a través de internet.) Y en segundo lugar, que los teléfonos conectados a los explosivos tenían suficiente batería como para evitar que se descarguen antes activar la bomba.

Todavía no está claro por qué las bombas no explotaron, una investigación de los atentados está aún en curso. Brennan dijo en la televisión la semana pasada que las «sofisticadas» bombas fueron hechas para detonar en «ek momento que los terroristas elegieran. «Pero en teoría es bastante fácilcontrolar una bomba usando un teléfono celular, como los insurgentes en Irak ha demostrado durante años con sus artefactos explosivos improvisados. Agregue un cargador de batería portátil y conecte el motor estándar de un teléfono celular, (ese que gira cuando alguien llama o cuando la alarma suena) a una sustancia explosiva y voilá. Una bomba instantánea.

A pesar de ello, es «muy muy difícil» que tengan éxito en un atentado intercontinental, dice un ex funcionario de inteligencia que pidió el anonimato porque todavía es un empleado del gobierno: «que lo envíes por correo, que pase el correo y vaya al avión, y que el avión vuele, es más probable que se apague a que funcione.»

Oficiales de Estados Unidos han sido cautelosos al atribuir la responsabilidad del atentado a al-Qaeda. Pero si al-Qaeda es el culpable, el asesor del Pentágono dice, el grupo terrorista está mostrando que están decayendo en sus capacidades». El secuestro de varios aviones durante el 11 de septiembre es mucho más complejo que intentar – sin éxito – hacer explotar un par de aviones de carga o de pasajeros.

Por supuesto, es posible que las bombas tuvieran mecanismos redundantes de activación en caso de fallo inicial. En este caso, los terroristas podrían haber tenido números que funcionaban con las operadoras de Estados Unidos, para detonar los paquetes. Aun así, el teléfono tendría que tener la carga suficiente para establecer la explosión en movimiento, y los terroristas habrían incurrido en el riesgo de emitir una señal de explosión por error. «En modo de espera, usted tendría el tiempo suficiente, tal vez 24 a 48 horas» para obtener la carga necesaria, Cressey dice. No es de extrañar que los terroristas optaran por los principales empresas de transporte marítimo.

Las dificultades logísticas de hacer estallar la bomba podría reforzar la teoría de que la trama de las bombas del correo fue una prueba de ejecución de los terroristas. Esperemos que cada intento a partir de ahora sea igual de fallido que este último.

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