Recientemente el Congreso de los Estados Unidos emitió un documento alertando a sus ciudadanos sobre las tormentas solares que se producirán en 2013, y para ello se han apoyados en investigaciones realizadas por la NASA.
Basándose en años de investigación y en sus observaciones, la agencia espacial llegó a la conclusión de que en el año 2013, el Sol emitirá grandes llamaradas y tormentas, como parte de su vida natural.
Por esa razón, el Congreso emitió una resolución parlamentaria que pide a las diferentes comunidades que lleven a cabo los protocolos necesarios para abastecerse de energía, agua y alimentos. El documento también incluye la coordinación necesaria entre los habitantes y los agentes de diferentes administraciones.
La resolución cita informes sobre este riesgo elaborados por la Protección Civil de EE.UU. (FEMA), el regulador eléctrico estadounidense (NERC) y el Departamento de Seguridad Nacional del Gobierno de Barack Obama. Asimismo, incluye los resultados del simulacro nacional de tormenta solar extrema realizado en 2011 por el Comando Norte del Ejército, la Universidad de la Defensa Nacional y otros organismos federales.
Se que a estas alturas mucha gente se estará diciendo que esta no es más que otra historieta apocalíptica o parte del guión de una de las series de SyFi Channel, pero el hecho de que el congreso estadounidense esté emitiendo esta advertencia debe al menos motivarnos a dejar el escepticismo de lado por un momento.
La ciencia detrás del informe
Para entender esto mejor, es necesario entender algunos términos científicos básicos. Por ejemplo, un ciclo solar es un lapso de 11 años durante el cual varían la cantidad de manchas, ráfagas y protuberancias solares. Y también está la variación solar, que son todas aquellas variaciones que acontecen en el Sol. Se trata de fluctuaciones en la cantidad de energía emitida por el Sol. Y se pueden dar a dos niveles. Variaciones en la luminosidad y en el viento solar o campo magnético. Ambas suelen estar interrelacionadas y tienen efectos visibles como las manchas solares.
Aclarado lo anterior, lo siguiente es decir que hace unas semanas un panel internacional de expertos dirigido por la NOAA y patrocinado por la NASA han lanzado una nueva predicción para el siguiente ciclo solar. Y es que según ellos, el Ciclo Solar 24 llegará a su máximo, dicen, en mayo del 2013 con un número inferior a la media de manchas solares. Según el presidente del panel, Doug Biesecker, del Centro de Predicción Climática Espacial de la NOAA:
«Si nuestra predicción es correcta, el Ciclo Solar 24 tendrá un número máximo de manchas solares de 90, la más baja de cualquier ciclo desde 1928, cuando el ciclo solar 16 alcanzó un máximo de 78.»
Aunque a primera vista podría parecer un ciclo de «débil» o «suave», no se puede tomar a la ligera. Ya que incluso un ciclo por debajo del promedio es capaz de producir clima espacial severo», señala Biesecker. «De hecho, la gran tormenta geomagnética de 1859, por ejemplo, ocurrió durante un ciclo solar de aproximadamente el mismo tamaño del que estamos prediciendo para 2013».
La gran tormenta de 1859, también conocida como el «Evento Carrington» en honor al astrónomo Richard Carrington que fue testigo de la llamarada solar más grande registrada en la era moderna. Dicha llamarada solar electrificó los cables de transmisión de las oficinas de telégrafos y produjo auroras boreales tan brillantes que la gente podía leer los periódicos de noche como si fuera de día.
Si un evento similar al ocurrido en 1859 ocurriera hoy en día, el resultado sería muy diferente al ocurrido por aquel entonces. Si una porción de viento solar o CME golpeara nuestro planeta, podría desprender temporalmente una parte significativa del escudo magnético protector de la Tierra, podría freír los satélites, las redes eléctricas y otros aparatos electrónicos, sin mencionar los efectos climáticos producidos por el incremento brusco de la radiación ultravioleta al atravesar una capa de ozono que es notablemente inferior a la existente en 1859.
Un informe reciente de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (NAS) encontró que si una tormenta similar ocurriera hoy, podría provocar pérdidas de entre 1 y 3 billones de dólares en daños a la infraestructura de alta tecnología y requeriría de cuatro a diez años para una recuperación completa.
Como dije al principio, a mucha gente esto le sonará a ciencia ficción, pero nuestro objetivo no es alarmar a nadie, sino informar, y luego, depende de cada quién hacer lo que mejor considere.
Mejor que no suceda nada, ya sé que es una investigación científica, pero no podría soportar vivir 3 años sin internet y sin televisión. Y sin energía eléctrica mucho menos.
Lo que me llama la atencion de esta historia, es que la nasa tiene 50 años de existencia y en todo ese tiempo nunca antes habian hecho una advertencia de este tipo. ¿Por que ahora? ¿Que mas saben que nosotros no sabemos? Y lo mas inquientante es la advertencia del senado de estados unidos, eso es muy sospechoso.
Bueno, el problema es que si de repente ocurre algo como lo que se plantea y volvemos al siglo 19, no hay nada que las personas común y corrientes, como yo, podamos hacer para evitarlo o prevenirlo. Mas allá de comprar algunas cuantas cajas de protector solar y quizás algunas baterías o un acumulador eléctrico, no hay mucho más que se pueda hacer. Es mi humilde opinión.