El Galaxy S III es un excelente teléfono, pero como todos los teléfonos del mundo, tiene sus debilidades. El problema es que la mayor debilidad del Galaxy S III no tiene que ver con problemas de hardware, o errores en el software, sino en los materiales empleados en su fabricación y en la forma en que se integran en el teléfono.
Desde que fue anunciado el iPhone 5, en internet se han publicado un montón de comparativas de durabilidad entre el iPhone 5 y el Galaxy S III, y desafortunadamente, en casi todas el Galaxy S III sale muy mal parado. Hasta el día de hoy teníamos nuestras dudas sobre la forma en que se realizaron las pruebas, pero ahora estamos convencidos de que las pruebas muestran la dura realidad.
Resulta que recientemente se ha filtrado un documento interno de la principal operadora de telefonía móvil de Japón, NTT DoCoMo, en el cual aparecen los terminales que más incidencias graves reportan. El listado se elaboró cruzando los datos de las reclamaciones de garantía con los datos de los seguros contra accidente que la compañía ofrece para los teléfonos de alta gama.
Los 3 teléfonos que más accidentes sufren son los siguientes:
- Samsung Galaxy S III SC-06D
- LG Optimus Vu L-06D
- Panasonic ELUGA Power
Y lo más interesante de todo es que la mayoría de los incidentes del Galaxy S III tiene que ver con la pantalla del teléfono.
Aparentemente la pantalla del Galaxy S III se rompe con relativa facilidad. Algunos usuarios aseguran que incluso con una funda, una caída desde una altura de 1 metro puede ser letal para la pantalla del Galaxy S III.
El problema aparentemente está relacionado con un defecto en la fabricación del teléfono, y es que contrario a lo que se podría pensar, el plástico no absorbe el impacto de las caídas tan bien como lo hace la carcasa de metal iPhone 5. Y el hecho de que el bisel sea tan delgado sólo empeora las cosas.
Si al caer, el teléfono impacta el suelo con uno de sus laterales o con la parte trasera, es probable que sobreviva a la caída. Sin embargo, 7 de cada 10 impactos en las esquinas termina con una ruptura de la pantalla, y 6 de cada 10 caídas en las que la pantalla quede de cara al suelo. Lo que deja en evidencia que es más un fallo de diseño que otra cosa.
Por desgracia, la compañía sólo puede reemplazar los teléfonos que estén asegurados, ya que la garantía no cubre los daños por caídas.
Pero hay algo peor, si decides reemplazar tu mismo la pantalla te llevarás una desagradable sorpresa. Pues resulta que el vidrio se funde a la pantalla, y la pantalla está unida a la carcasa frontal del Galaxy S III. Un detalle que aumentará la cantidad de dinero que tienes que pagar para sustituir el cristal que cubre la pantalla.
Es decir, si por mala suerte la pantalla de tu Galaxy S III se rompe, lo mejor es que lo sigas usando así, ya que el costo de reemplazo es casi igual al de un teléfono nuevo, con contrato.
Así que ya sabes, si quieres evitarte un dolor de cabeza, mejor agarra bien tu teléfono y evita dejarlo caer a todo costo.
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