A veces la invención más simple puede ser la más eficaz, y eso es definitivamente cierto en este caso.
Kenton Lee, es nombre del hombre que acaba de inventar ‘el zapato que crece’ (The Shoe That Grows), que en realidad es una sandalia que puede ajustar su tamaño, lo que permitiría a los niños pobres crecer sin que ello implique tener que quedarse sin calzado o deformarse el pie por usar un calzado que hace años se quedó pequeño.
Estas sandalias pueden crecer 5 tallas y están construidas para que duren más de 5 años. Y seguro que cambiarán millones de vidas.
De acuerdo con Kenton y su compañía, «Hay más de 300 millones de niños que no tienen zapatos. Y muchos más con zapatos que no les quedan».
Está más que claro que Kenton es una persona sensible y con un enorme corazón, y eso ya es sorprendente en un mundo en el que la gente sólo se preocupa de si misma, y en el que muy pocos piensan en los más pobres.
Ojala y surjan más iniciativas como esta, destinadas a ayudar a los menos afortunados.