Un estudio sobre la cicatrización de heridas de la piel realizado con 40 voluntarios (humanos) ha descubierto que la estimulación eléctrica acelera significativamente el proceso de curación.
Los investigadores ahora esperan desarrollar y probar dispositivos y vendajes que podrían ser utilizados en el tratamiento de heridas quirúrgicas en humanos y animales, en lesiones deportivas y otros traumas graves de la piel.
A los participantes en el estudio les hicieron dos heridas idénticas en cada brazo. Una de las heridas de los brazos fue dejada para que sanara normalmente mientras que la otra herida fue tratada con pequeñas descargas eléctricas en cuatro ocasiones durante un período de dos semanas.
Los impulsos eléctricos estimulan un proceso llamado angiogénesis, lo que resulta en la formación de nuevos vasos sanguíneos y el aumento del flujo sanguíneo a la zona dañada.
Al final de las dos semanas, las heridas tratadas con la estimulación eléctrica tenían significativamente menos área, menos volumen, diámetro y profundidad que las que se dejaron curar normalmente. En resumen, las heridas tratadas con electroestimulación sanaron más rápido de lo normal.
El equipo de la Universidad de Manchester, que llevó a cabo el estudio ahora se ha asociado con una compañía llamada Oxford BioElectronics en un proyecto de cinco años para desarrollar la tecnología para estimular la misma respuesta en la práctica clínica real. Se cree que esta colaboración podría transformar la forma en que se gestionan y tratan las heridas de la piel.
«Cuando se utilizan en las heridas agudas y crónicas, los vendajes son esencialmente sólo una cubierta», dice el autor principal del estudio Ardeshir Bayat. «Con esta tecnología esperamos que los apósitos serán capaces de hacer una contribución funcional significativa a la curación de las heridas y conseguir que el paciente vuelva a la plena salud tan pronto como sea posible.»
El futuro de la cicatrización de las heridas luce prometedor, pues además de esta tecnología de estimulación eléctrica, los científicos están trabajando en terapias de nanopartículas, costras artificiales y yeso de silicona especialmente contorneado. Y con un poco de suerte, varias de esas opciones pronto podrían empezar usarse en el campo.
Con todo esto, es posible que las heridas crónicas (heridas que permanecen abiertas durante más de seis semanas) se convertirán en una cosa del pasado.