El sistema operativo de Microsoft fue conocido internamente como Interface Manager, cuando se anunció en 1983. Vió la luz finalmente el 20 de noviembre de 1985, hace 30 años, presentado como un revolucionario programa para MS-DOS que nos ofrecía una interfaz para nuestras tareas del PC.
A pesar de su fama, no fue la primera interfaz en ofrecer carpetas y ventanas, ya que vimos que Apple ofrecía en Mac OS Classic un año antes un concepto similar, y en el PC Xerox Alto de 1973, que incluía hasta un ratón. Lo que sí es innegable es que desde entonces Windows se ha ido integrando poco a poco en nuestro ritmo de vida, hasta convertirse en algo prácticamente indispensable para nuestro día a día.
En su primera versión 1.0 encontrábamos Notepad, Paint, Calculadora, un juego de fichas a dos colores llamado Reversi, y un procesador de texto llamado Windows Writer. Todo esto en ventanas repartidas. Curiosamente a la prensa del momento no le gustó el uso del ratón para navegar por el sistema. Sus requisitos mínimos eran 256 kilobytes de memoria, una tarjeta gráfica compatible con CGA/HGC/EGA y dos unidades de discos floppy. Para hacer funcionar varias aplicaciones necesitábamos un disco duro con al menos 512 Kilobytes libres.
Quién iba a imaginar que el sistema operativo llegase tan lejos y que contase con las actuales características avanzadas, como el asistente Cortana, la librería DirectX12, o incluso las funciones táctiles que llevan incorporando desde su versión 8.1. Ahora con su versión 10, este grande de los sistemas operativos parece que sigue mas activo que nunca, y es que hace ya treinta años que vino para quedarse.