Normalmente aquí escribimos sobre el futuro y los dispositivos futuristas que nos obligan a detenernos y decir: «Wow, eso es genial». Pero el futuro no siempre significa progreso.
Debido a las fugas de WikiLeaks y a las recientes filtraciones hechas por Edward Snowden, el Kremlin ha decidido volver a las máquinas de escribir antiguas para evitar fugas de información sensible. El Servicio de Guardia Federal de Rusia planea gastar 486.000 rublos para comprar una serie de máquinas de escribir eléctricas.
Uno de los mejores aspectos de la seguridad que ofrece la utilización de máquinas de escribir es el hecho de que cada máquina de escribir tiene un diseño y un patrón de escritura individual único, lo que permitiría identificar la máquina desde la cual se filtren documentos en papel, en caso de que sucediera.
Además, las máquinas de escribir no requieren de sistema operativo, ni ningún tipo de software adicional para funcionar, no tienen memorias internas y tampoco se conectan a internet, lo que garantiza la confidencialidad de la información que se redacte en la máquina.
No es frecuente que veamos agencias yendo contra la corriente de la innovación, pero este es uno de esos casos en los que el abuso o mal uso de la tecnología conduce a un retroceso.
Así que ya sabes, si tienes una vieja máquina de escribir no la tires, quien sabe si dentro de poco termina valiendo más que tu PC actual…